Las leyendas chamánicas orientales cuentan que había un Dragón malvado que asolaba el bosque, su único objetivo era la destrucción de la naturaleza, este Dragón, temía a la Pantera, pues tenía un aliento tan dulce que con la simple apertura de su boca podía destruir al Dragón, pero él sabía que la Pantera, después de comer, dormía tres días seguidos, y así comienza nuestra leyenda...

La leyenda de la pantera y el dragón 1

Los seres del bosque amaban a la Pantera, pues ella era la única que los defendía del Dragón, su mirada era tan poderosa, que cuando cazaba, bajaba la mirada, para que su presa, que prácticamente se ofrecía como alimento, no tuviera el espíritu Destruido, tal es el poder de su mirada!

Cierto día, después de alimentarse, saltó por las montañas y entró en una de las cuevas para dormir, allí, la Pantera descansó y soñó con las estrellas...

El Dragón, consciente de esto, comenzó su búsqueda de destrucción. Cuentan las leyendas que era un espíritu enojado, pues le dijeron que la naturaleza no fue creada para servirle, esto lo inundó de odio por el bosque.

El Dragón voló sobre el bosque y vomitó su veneno pútrido sobre los árboles, que se marchitaron gritando como sólo los árboles pueden gritar. El veneno fluyó por las montañas y los valles, quemando todo lo que estaba vivo. Las Serpientes, grandes alquimistas, no pudieron transmutar todo el veneno que incesantemente vomitaba el Dragón, y éste continuó su destrucción.

El gran guerrero Tigre clavó sus garras en el veneno, sus esfuerzos fueron inútiles, pero fue todo lo que pudo y supo hacer para defender la selva. Los lobos corrían desesperados tratando de esconder a sus crías y aullaban suplicando al Cielo que algo los ayudara, los Osos lloraban, los Peces recitaban conjuros, que no podían hacer frente a la demanda de veneno, los animales se reunían resignados y sus lágrimas apaciguaban la Tierra, pero ésta sabía que sería aniquilado.

Un ruiseñor pequeño, triste y herido, al ver todo esto, se fue a las montañas y comenzó su triste canto:

“Yo soy la luz que se apaga. Mi canto y el de la selva son iguales. Triste el final de mi madre. Triste el final de mi amada. Mamá Jungla se ha ido. Mamá Jungla se ha ido. La pantera ya no fluirá entre las sombras. No mas…"

No lo sabía, pero detrás de él, se abrió la cueva en la que había una cueva, donde la Pantera se había quedado dormida, y al escuchar su nombre, esta última dio un salto: - ¿Qué pasa? ¿Quién canta una melodía tan triste a la entrada de la cueva?

El Ruiseñor, al escuchar un grito tan conocido y sentir el dulce aliento de la Pantera, cambió la melodía de la melodía y sin vacilar cantó sobre la crueldad del Dragón, las glorias de las luchas antiguas y lo que estaba por venir.

La Pantera rugió de rabia, su sangre felina hervía bajo el manto negro como el infinito que era su piel, se dio el grito de su intención: - ¡Muerte, muerte es lo que susurra el viento en los tímpanos del Dragón! Que mi aliento llegue a tus fosas nasales!!!!

Pidiendo ayuda a la gran mensajera Águila, fue llevada al encuentro del Dragón, que ya había olido su aliento e intentaba huir, pero de un salto la Pantera le clavó las garras en el cuello, de donde salió la sangre espesa y pegajosa del Continuar. Chocando contra el suelo del bosque, el Dragón le rogó a la Pantera que no lo matara, él lloraba y sollozaba, pero su mirada era la misma... La Pantera, dudando, se detuvo por un momento, tiempo suficiente para que el Dragón pudiera huir. .

Indignada, la Pantera consultó al gran Phyton; la serpiente; que por su oráculo, se dijo donde fue a esconderse el Dragón: - En los corazones de los Hombres. dijo la sacerdotisa.

La Pantera, una vez más, aulló, y aulló muy fuerte, tanto que todo el Cielo se atrajo, y le dijo a la Pantera: - Hazme el amor, y tendrás la solución... Eso hizo la Pantera. , e inmediatamente quedó embarazada, y el Cielo le dijo: – Ten tus hijos donde viven los hombres.

Con la ayuda del Águila, la Pantera dio a luz sobre las ciudades, y ocurrió un fenómeno; de su vientre, miles de brillantes luces de colores del arcoíris flotaron. En su mente, la Pantera escuchó la voz del Cielo: – Estos son tus hijos, nacieron como hombres y mujeres, pero sus almas serán las mismas que las tuyas, continuarán su lucha, bajo tu amparo; para el trabajo para el que nacieron. No serán muchos, pero serán poderosos, serán sutiles como el movimiento de la Luna, brillantes como el Sol, alegres como el sonido del agua, firmes como los árboles, buscarán la libertad y amarán la noche, pues les recordará su color, se sentirán bien durante el día, porque esto parecerá su mirada, fluirán como su cuerpo durante la caza, se llamarán Guerreros, Chamanes, locos… Pero tendrán, en su corazón, las marcas de tu garra…”

Y así nacieron y nacen Neo-Chamanes, acostumbrados y listos para la batalla...

(vía shamanismo.com)